El derecho a la planificación familiar como aspecto fundamental de la salud sexual reproductiva e instrumento para el combate a la pobreza no ha sido garantizado por el Estado, ya que aún existe un “círculo perverso entre alta fecundidad, la inequidad de género, la mortalidad materna y pobreza”.
Lo anterior lo aseveró el director general de la Fundación Mexfam, Vicente Díaz Sánchez, en el foro internacional La salud desde la perspectiva de género, organizado por la Comisión de Equidad y Género.
Dijo que México se consideraba como modelo en sus programas de planificación familiar, pero que actualmente existe un rezago de 29 años en el uso de métodos anticonceptivos en el medio rural, las acciones sólo están dirigidas al control de la reproducción femenina y la participación de los varones en la anticoncepción es casi nula.
“En el área urbana el 75 por ciento de mujeres en edad reproductiva son usuarias de algún método anticonceptivo, pero en el medio rural es de sólo 58 por ciento, la prevalencia del uso de estos métodos en el campo mexicano es similar a la que tenían las ciudades hace 29 años”.
Agregó que el 44.7 por ciento de todas las usuarias de métodos anticonceptivos recurre a uno de tipo definitivo para no embarazarse; en contraste, el 1.8 de varones que utilizan algún método anticonceptivo recurren a la vasectomía. “El varón no está participando activamente en la responsabilidad de limitar el número de hijos con su pareja.
“No hay políticas que favorezcan su participación en el uso de métodos anticonceptivos. La planificación familiar es un elemento ya no de control demográfico sino una herramienta para el combate a la pobreza y la desigualdad”.
En entrevista, la diputada Holly Matus Toledo subrayó que ante la crisis económica y la posible reducción del presupuesto aumentará la vulnerabilidad de las mujeres en torno a su salud. Enfatizó que la salud es el reflejo de las condiciones económicas, políticas, sociales del país y que “Cuando disminuye la economía, la distribución del ingreso, las mujeres son más vulnerables por que son quienes ganan menos; tendremos impactos que pueden verse reflejados en una pobre salud de las mujeres.
“Se ha observado que en las zonas indígenas donde existe demasiada pobreza y marginación, quienes más padecen la crisis económica son las mujeres y esto se refleja estadísticamente.
“Existen impactos diferenciales entre hombre y mujeres en salud. Sin embargo en el Ejecutivo, a través de los programas y políticas públicas, como en el Legislativo, no ha permeado la visión de género en el trabajo institucional ni el quehacer legislativo”.
Artículo publicado originalmente por: http://www.alianzatex.com/Alianzatex/nota.jsp?nota=N0008832/ 27 de julio 2009/ 8:36
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